Fue una semana con la política a flor de piel. En la semana de un nuevo aniversario de la recuperación de la democracia, la política fue protagonista. Y en ese contexto, la misionera estuvo en los principales escenarios: en el Congreso nacional debutó el bloque Provincias Unidas, que tiene a los diputados de la Renovación como integrantes centrales y que se convirtió en la cuarta fuerza política en el parlamento nacional. Será ineludible negociar con el bloque para sacar las leyes que necesite el Gobierno nacional, escaso de votos y asediado por una oposición que elude sus propias responsabilidades en la crisis.
El bloque neorevisionista, como lo bautizó el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, dio sus primeros pasos y marcará posiciones en un primer debate crucial: el Presupuesto nacional.
Esa coherencia entre las palabras y la acción distingue por estas horas a la Renovación de los espacios opositores. Durante la campaña electoral la Renovación planteó siempre la idea de fortalecer la voz de Misiones ante la Nación. Esa promesa dio vida al bloque Provincias Unidas y se sostiene en la ratificación del modelo político en la Cámara provincial, con Carlos Rovira como conductor político y el médico Martín Cesino a cargo de las conexiones parlamentarias.
Las oposiciones, en cambio, siguen envueltas en la lógica pendular dominada en cada extremo por el Frente de Todos y la alianza Cambiemos.
Los que hicieron campaña bajo el lema de “Juntos” apenas pasadas las elecciones, juegan cada uno su propio juego con la mirada puesta en 2023. Exhibieron sus flaquezas y terminaron a los empujones y divididos en el Congreso nacional, lo mismo que fragmentados en el provincial. Radicales envalentonados por un lado, macristas dolidos por el otro y el peronismo republicano como eslabón individual de una sociedad de circunstancia. En esa fragmentación se avizora también la disputa pensando en 2023. El radicalismo no está dispuesto a seguir siendo actor de reparto en una alianza donde el protagonista carece de votos y presencia territorial. Pero el armado del futuro depende de las bendiciones de otros distritos. Gustavo Valdés guiona las posiciones del radicalismo misionero y el electo diputado nacional Martín Arjol fue a presentarle sus cartas credenciales primero a Horacio Rodríguez Larreta, antes de encolumnarse en el ala más conservadora de la alianza que se dividió en dos.
El Frente de “Todos” tampoco resultó tan contenedor. En Misiones dejaron fuera de la toma de decisiones al Partido Agrario que le ganó la interna al kirchnerismo y la representación de los debutantes en la Cámara de Diputados -Santiago Mansilla y Martín Sancho- se atribuyó a la “conductora” nacional, Cristina Fernández y la diputada nacional Cristina Britez. Escindido, Martín Sereno quedó en soledad con bloque propio.
La voz de las provincias, entonces, se hará escuchar un poco más potente que hasta ahora. El concepto de “misionerismo” revitalizado de la mano de la Renovación en Misiones, encuentra similitudes en otras provincias con problemas parecidos, casualmente las más alejadas del poder central que se autoreferencia en Buenos Aires y alrededores. El poder de las provincias también busca marcar el terreno a la tensión que genera la grieta, cada vez más profunda entre el Gobierno y la principal alianza opositora.
A ninguna provincia le conviene alimentar ese monstruo y ahí las coincidencias se agigantan. Por eso el bloque Provincias Unidas y la Liga de Gobernadores cobran fuerza para ser escuchados a la hora de definir políticas. La administración de Alberto Fernández utiliza la retórica federal, pero en los hechos, repite patrones centralistas de todos los gobiernos. Ese efecto se ve en Misiones o en Río Negro, como advirtió el presidente del bloque Provincias Unidas, Luis Di Giacomo.
El nombre elegido no es casual. Remite a la preexistencia de las provincias, que fue olvidada por la historia oficial. Hay que recuperar esa centralidad para hacer posible un futuro equitativo en el reparto de la riqueza nacional, hoy tan desbalanceado.
“Misiones es una sociedad dinámica, imposible de atajar”, dijo Carlos Rovira minutos después de ser ratificado al frente de la Cámara de Diputados. Esa sociedad líquida es la que impone la adaptación de la política a la defensa de los intereses propios, en lugar de perseguir los designios emanados por partidos políticos que tienen anclaje en oficinas a más de mil kilómetros de Misiones. Lo mismo pasa en Río Negro, Neuquén, San Juan o Salta.
La liga de gobernadores del Norte Grande, reunida ahora en Santiago del Estero, se consolida como un espacio político al que necesariamente debe prestarse atención. El gobernador Oscar Herrera Ahuad es uno de los protagonistas habituales de esas reuniones que van puliendo una agenda federal. Esta vez el ministro del Interior, Wado De Pedro, tomó nota de cada demanda de los gobernadores ante un debate que será crucial: el Presupuesto 2022 que Martín Guzmán quiere aprobar en un trámite exprés para dar señales de previsibilidad en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Los mandatarios no tienen problemas en acompañar con el voto, pero exigen que se mejoren las partidas previstas para las provincias.
“Los temas que dominan la agenda del Norte Grande y que no fueron resueltos vuelven a estar en agenda”, definió el gobernador Oscar Herrera Ahuad como síntesis del encuentro de mandatarios del Norte Grande que se hizo este sábado en Santiago del Estero, con la presencia del ministro del Interior, Eduardo De Pedro y del jefe de Gabinete, el tucumano Juan Manzur.
“Veremos ahora con la impronta y las influencias de Gerardo Zamora si se van resolviendo”, definió Herrera Ahuad en contacto con Economis. Misiones será la próxima sede de la reunión, el 11 de febrero del año próximo.
El mandatario misionero insistió en el plan de obras elevado a la Nación por casi 300 mil millones de pesos y la creación de la Zona Franca para toda la provincia, una demanda que se mantiene en el tiempo después del veto presidencial. Los gobernadores también compartieron el reclamo por una tarifa energética más barata para el norte y políticas impositivas que permitan darle competitividad a las economías regionales.
Aunque todavía no hay certezas sobre cómo se tratará el Presupuesto, por lo menos el ministro de Producción, Matías Kulfas, dio señales alentadoras al ordenar a su equipo analizar la reglamentación del artículo 10 de la ley Pymes, un objetivo de Misiones ninguneado durante la gestión Cambiemos.
De Pedro destacó la importancia de “fortalecer la integración regional para buscar soluciones conjuntas a problemas comunes”, al hablar ante los gobernadores en Santiago del Estero. Resaltó además que esa integración apunta a “potenciar los recursos y la producción regional” en toda la Argentina. Habrá que esperar que el discurso se transforme en algún momento en acción.
La tarifa eléctrica es fundamental para bajar los costos operativos de las provincias. En Misiones la energía es un eslabón central que carece de sustituto como el gas natural. La crisis de la Cooperativa Eléctrica de Obera, con una deuda acumulada de más de mil millones de pesos, refleja lo complejo que significa garantizar servicios de calidad con costos desfasados y costos que suben a un ritmo acelerado por la inflación acumulada de los últimos años. Hubo que apelar a la paciencia y una alquimia financiera para salir del paso y que la ciudad de los inmigrantes siga con el servicio. En las negociaciones resultaron clave el joven Pablo Hassan, quien asumirá la intendencia en reemplazo de Carlos Fernández, quien irá al Congreso nacional, y Virgnia Kluka, quien será propuesta por el gobernador como reemplazante del veterano Guillermo Aicheller, quien presentó su renuncia a la presidencia de Energía de Misiones.
Misiones no pide desde el llano, sino que exhibe datos contundentes que avalan los reclamos. La economía misionera es una de las más potentes de la Argentina, con una recuperación inédita en medio de la pandemia que profundizó la pesada herencia de la crisis macrista. El empleo en el sector comercial crece por encima de las provincias del NEA sumadas y el empleo en el sector industrial es hoy el más alto de los últimos 25 años.
En ambos casos, los números duplican a los de Corrientes, la provincia invocada como “modelo” a imitar en materia fiscal.
El radicalismo, de hecho, está alineado con el discurso de Valdés, que contrasta con la posición de los productores misioneros que defienden un precio alto para la materia prima y propusieron limitar las plantaciones de yerba mate para evitar una sobreproducción que tire, nuevamente, abajo los precios.
Incluso aquellos productores que hicieron campaña con Cambiemos, como Cristian Klingbeil admiten que la posición misionera de limitar las plantaciones de yerba mate es correcta. Incluso, Klingbei, quien fue compañero de lista de Arjol, hoy alineado con la posición correntina,l se animó a pedir que se haga lo mismo con el té para poder negociar un precio más alto para la materia prima que tiene destino central a la exportación.
Misiones está decidida a cuidar la producción primaria y al mismo tiempo, fortalecer las industrias ante la competencia de afuera. En esa línea se enmarca la decisión de cobrar un anticipo de Ingresos Brutos a la yerba que se vende a otras provincias para su procesamiento. Es una vía rápida que refresca la idea de envasado en origen que fue frenada por la Corte Suprema, la misma que ahora tiene en sus manos definir dónde debe dirimirse el conflicto planteado por una yerbatera para eludir el límite de plantaciones.
Por Juan Carlos Arguello