“Brujas pero Guapas”: el sueño compartido de dos amigas que apostaron a emprender con corazón y convicción

“Brujas pero Guapas”: el sueño compartido de dos amigas que apostaron a emprender con corazón y convicción

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En un pequeño local del centro de San Pedro, nació mucho más que un negocio: “Brujas pero Guapas” es el reflejo de una historia de amistad, coraje y amor por los detalles. Sonia Antunz y Andrea Dos Santos, amigas desde muchos años, se animaron a transformar los sueños en realidad y, con el impulso de sus familias y una comunidad que las apoya, abrieron su primer local de indumentaria femenina con un fuerte enfoque en talles especiales.

La historia comenzó hace años, cuando Sonia vendía ropa desde su casa o llevando el perchero con rueditas hasta las viviendas de sus clientas. “Siempre vendí, pero era para otras personas. Soñaba con tener mi tienda, pero lo veía muy lejano… pensaba que recién cuando me jubilara iba a poder”, cuenta. Todo cambió con una conversación de mate de por medio, cuando Andrea, su amiga y confidente, le propuso asociarse. “Pensé que me estaba cargando, pero hablaba en serio”, recuerda Sonia entre risas.

Fue así que, casi de manera inesperada, surgió la oportunidad de alquilar un local. En apenas doce días, y con la ayuda de la familia de Andrea —que fabricó las rejas, donó muebles y puso el hombro sin dudar— el sueño tomó forma. “No teníamos nada, pero todo se fue dando. Los muebles llegaron en consignación, y nosotras pusimos la fe y el trabajo”.

El nombre del emprendimiento, Brujas pero Guapas, nace de un grupo de amigas docentes que se llaman con cariño “las brujas”. “La idea es resignificar esa palabra que tantas veces se usa de forma despectiva hacia las mujeres. Somos brujas, pero guapas, poderosas, arregladas, sensibles y valientes”, explican. Y el nombre se convirtió rápidamente en una marca con identidad propia, cercana y con una fuerte carga simbólica.

Uno de los puntos que más destaca el proyecto es su compromiso con la inclusión real en la moda: la tienda se especializa en talles plus size, desde el G1 al G3 y hasta el talle 60. “A mí siempre me costó conseguir ropa porque soy gordita, y es frustrante ir a un negocio y ver que llegan hasta el talle 46. Queremos resolver esa problemática acá en San Pedro, porque no hay una oferta real para talles grandes”, explica Sonia.

Ambas trabajan en otros ámbitos, por lo que el negocio se plantea desde una lógica flexible: atenderán en horarios reducidos y se apoyarán fuertemente en las redes sociales y el WhatsApp para mostrar su catálogo y llegar a más clientas. “Queremos vender, sí, pero sobre todo queremos acompañar a muchas mujeres que también se sienten fuera del sistema de la moda tradicional”.

Al hablar de lo que significa emprender siendo mujer, Andrea no duda: “Siempre tuve el ejemplo de mi familia, que es emprendedora. Y ahora, junto con Sonia, queremos demostrar que unidas podemos hacer un gran proyecto. Apostamos al trabajo en equipo, a la confianza y a ese vínculo que nos une desde hace años”.

Brujas pero Guapas es mucho más que una tienda: es un acto de fe en las posibilidades, un canto al apoyo mutuo y una inspiración para todas las mujeres que sueñan con emprender.

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