Una docena de cooperativas se reunió con la ministra de Agricultura Familiar, Marta Ferreira. Pidieron una ley de protección de semillas criollas y más espacios de comercialización de productos libres de agroquímicos.
Un grupo de cooperativas de pequeños productores del interior de Misiones se reunió este jueves con la ministra de Agricultura Familiar de la Provincia, Marta Ferreira, a quien le expresaron su total rechazo a la siembra de maíz transgénico en Misiones y solicitaron más impulso desde el Estado a la producción agroecológica.
Conformaron el colectivo de movimientos, redes y organizaciones “No a los Transgénicos en Misiones” y advierten que “el proyecto de maíz modificado genéticamente que desde el Gobierno de la Nación se incentiva cultivar en este territorio tendrá daños irreversibles en el suelo, el agua, la selva, las capueras y la salud de las familias”.
La ministra ratificó su apoyo a la agroecología como política de Estado y se comprometió a trabajar la lista de pedidos que le entregaron los productores, entre los que aparece como principal “la sanción de una ley de protección a semillas criollas tradicionales” y “brindar apoyo inmediato a una feria de semillas”.
Otro de los pedidos fue la creación de zonas de producción y comercialización de alimentos “libres de transgénicos y de agrotóxicos, con acciones de recuperación de suelos y de protección del agua y de bancos de semillas criollas”.
Al terminar el encuentro, el Colectivo “No a los Transgénicos” acordó que seguirá un plan de acción que abarcará pedir que expresen públicamente que piensan de este tema organismos como los ministerios de Ecología, Agro, Salud y Turismo.
“Las semillas transgénicas son parte de un modelo productivo que ataca directamente la biodiversidad, y dado que las mismas se utilizan bajo paquetes tecnológicos basados en plaguicidas de diverso tipo, destruye y envenena el suelo, el agua, el aire y como consecuencia pone en riesgo la salud de los animales, de las plantas y de las personas”, remarcaron los integrantes de este espacio.
Agregaron que “el maíz transgénico viene a destruir el modelo de producción con enfoque en la agroecología ya que ambos modelos son incompatibles. Una vez que un OGM (Organismos modificados genéticamente) es liberado al medio ambiente es imposible retirarlo o prevenir su esparcimiento”.
En declaraciones a PRIMERA EDICIÓN, Eugenio Leste, productor semillero de Pozo Azul, sostuvo que “para nosotros no es un beneficio para el productor, al contrario, genera daño ambiental y esclavitud para el productor. Hicimos números y vemos que plantando ese maíz transgénico vamos a afectar nuestra tierra, vamos a tumbar nuestro monte y nos va a quedar sólo el 30%, es mucho daño y poca ganancia”.
A su turno, Eduardo Vázquez, de la Cooperativa Paraje Unidos de Puerto Libertad, explicó que “tenemos 150 socios y hace dos años dejamos de producir con agroquímicos porque los chicos tenían muchos problemas de salud. Ahora producimos hortalizas, tomate, morrón y vendemos en Puerto Iguazú, todo orgánico, nos está yendo muy bien y nuestra producción no da abasto para la demanda”.
“Vamos a intentar que se frene este proyecto por el diálogo, pero si no hay acuerdo vamos a tener que utilizar otros mecanismos de protesta”,advirtió.
También opinó que la producción orgánica es más rentable porque “no compramos maíz, no compramos roundup, no compramos químicos y le damos un trabajo a nuestros vecinos para carpir la tierra”.
Por último, Miriam Zamudio, de la Cooperativa de Productores Independientes de Piray, señaló que “somos más de 106 socios, 84 familias, estamos asentados en la exruta 12, en las tierras expropiadas de Alto Paraná, donde producimos para auto consumo y 20 hectáreas en forma cooperativa para la venta. Luchamos muchos años para que los agroquímicos puedan disminuir y fue uno de los motivos por el cual logramos que la lucha por la tierra también sea la lucha por una mejor salud”.
“El problema real es el paquete tecnológico”
La polémica por la producción de maíz transgénico en Misiones crece y aparecen nuevos referentes que aportan su opinión con conocimiento técnico.
Luego del cruce de opiniones entre la ministra de Agricultura Familiar de Misiones, Marta Ferreira y el secretario de Agricultura Familiar de la Nación en Misiones, Walter Kunz, el experimentado dirigente agrario y presidente del IFAI (Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial), Ricardo Maciel, opinó que “no es un problema de cultivar o no cultivar el maíz, sino el paquete tecnológico que requieren, con uso intensivo de agroquímicos ya sea fertilizantes o herbicidas como glifosato preemergente o post emergente”.
Esto es lo que hace no conveniente en nuestra provincia la promoción en grandes superficies por la contaminación especialmente de las napas de agua que en las chacras son utilizadas para el consumo animal y humano”, explicó Maciel.
El proyecto de la Nación es sembrar 250 mil hectáreas para producir maíz a gran escala y proveer a Brasil,principalmente para alimentación de cerdos. Sin embargo, en la práctica es casi imposible porque sería superar la extensión total de plantaciones de yerba, que alcanzan unas 200 mil hectáreas.
Sobre las críticas de los ecologistas, Maciel dijo que “hay estudios que indican que son nocivos para la salud y otros que indican que no hay certezas sobre eso”. Pero aclaró que “Misiones pregona y defiende una agricultura con agricultores viviendo en el mismo entorno de la producción y con los cultivos transgénicos, por la tecnología que requieren, no es compatible la convivencia de personas”.
Tampoco por nuestra topografía no es conveniente el cultivo intensivo. Por eso en las principales zonas productivas del país vemos grandes extensiones de soja o maíz pero sin gente viviendo en el lugar”, explicó el dirigente renovador.
Por último, señaló que “en Misiones defendemos un desarrollo rural sostenible con la familia de agricultores como el centro de las políticas. No miramos solamente el punto de vista de las ganancias económicas, sino que el ambiente y el alimento sano no tiene precio”.
“Misiones tiene la mayor cantidad de pequeños productores viviendo en el medio rural y debemos seguir acompañando su desarrollo pero siempre incluyéndolos”, finalizó Ricardo Maciel.
Fuente: Primera Edición