Una obra iniciada en junio último, ya muestra un significativo avance, gracias al aporte de varios sectores de la comunidad y entes oficiales, tras varios años de pedidos y reclamos de la comunidad del paraje Santa Cruz del Monte, finalmente la Escuela 932 tendrá nuevo edificio, que cobijará y educará a decenas de niños. El establecimiento se ubica geográficamente en el nuevo municipio de Pozo Azul, pero administrativamente depende de Bernardo de Irigoyen.
Desde 2014 se venia pidiendo por nuevo edificio para esta escuela, cuya construcción estaba muy deteriorada por ser de madera y soportar por varios años los distintos fenómenos climáticos, donde más de 70 chicos concurren en los turnos mañana y tarde, de nivel inicial a séptimo grado. Algunos llegan a caballo, en bicicleta o caminando más de cinco kilómetros.
“Lo que siempre destacó es la colaboración de los padres y el amor de las familias y de los maestros por la escuela, algo admirable, y esa voluntad por mantener a los chicos en el sistema y que aprendan de la mejor manera fue la base para construir un vínculo muy fuerte escuela-familia y así mantener de pie esta institución y enfrentar las adversidades”, describió el director Juan Silva.
Y agregó: “Esto es un logro muy importante para nuestra comunidad, y nos llena de alegría. Después de 15 años de existencia y cuatro años pidiendo un nuevo edificio, creo que nos merecemos esto, una escuela digna para nuestra comunidad y sobre todo para nuestros alumnos que son el futuro de nuestra sociedad”.Una obra iniciada en junio último, ya muestra un significativo avance, gracias al aporte de varios sectores de la comunidad y entes oficiales, tras varios años de pedidos y reclamos de la comunidad del paraje Santa Cruz del Monte, finalmente la Escuela 932 tendrá nuevo edificio, que cobijará y educará a decenas de niños. El establecimiento se ubica geográficamente en el nuevo municipio de Pozo Azul, pero administrativamente depende de Bernardo de Irigoyen.
Desde 2014 se venia pidiendo por nuevo edificio para esta escuela, cuya construcción estaba muy deteriorada por ser de madera y soportar por varios años los distintos fenómenos climáticos, donde más de 70 chicos concurren en los turnos mañana y tarde, de nivel inicial a séptimo grado. Algunos llegan a caballo, en bicicleta o caminando más de cinco kilómetros.
“Lo que siempre destacó es la colaboración de los padres y el amor de las familias y de los maestros por la escuela, algo admirable, y esa voluntad por mantener a los chicos en el sistema y que aprendan de la mejor manera fue la base para construir un vínculo muy fuerte escuela-familia y así mantener de pie esta institución y enfrentar las adversidades”, describió el director Juan Silva.
Y agregó: “Esto es un logro muy importante para nuestra comunidad, y nos llena de alegría. Después de 15 años de existencia y cuatro años pidiendo un nuevo edificio, creo que nos merecemos esto, una escuela digna para nuestra comunidad y sobre todo para nuestros alumnos que son el futuro de nuestra sociedad”.
Por: Fabián Acosta