“No pido lástima, pido inclusión”: la historia de Aldhana Geissin, la periodista de Pozo Azul que lucha por ser escuchada

“No pido lástima, pido inclusión”: la historia de Aldhana Geissin, la periodista de Pozo Azul que lucha por ser escuchada

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Desde Pozo Azul, una joven periodista con cuadriplejia levanta la voz frente a la indiferencia institucional y las barreras que todavía enfrentan las personas con discapacidad. Su historia, más que un testimonio personal, es un grito por la inclusión y la igualdad real.

Por momentos, su tono suena firme; en otros, se quiebra. Pero lo que no cambia es su convicción. Aldhana Geissin, periodista de Pozo Azul y creadora del portal Pozo Azul Noticias, lleva más de un año sosteniendo sola un proyecto comunicacional que nació del deseo de informar y de hacerse visible en una comunidad que muchas veces parece darle la espalda.

“Entiendo que debe ser raro ver a una discapacitada trabajando. Pareciera que estoy mendigando, siempre implorando cosas”, dice con crudeza. Aldhana convive con cuadriplejia, una condición que la obliga a escribir acostada, pero que no impide que cada día redacte, edite y publique contenido para mantener vivo su medio. “Vengo desde hace un año y piquito con Pozo Azul Noticias online. Gracias a mi excompañero de curso, Jonas de Campos, que me contactó con su amigo y así logramos crear el portal. También quiero agradecer al Centro de Formación Profesional N° 26, porque ahí adquirí los conocimientos que hoy me permiten trabajar, a través del Oficio Producción Periodística que ofrece esa casa de estudios”.

El camino, sin embargo, no ha sido fácil. Durante el primer año, Aldhana contó con auspiciantes locales que la ayudaron a cubrir los gastos básicos de conectividad y diseño, pero con el tiempo ese apoyo se fue diluyendo. “El primer año me fue mejor, donde tenía auspiciantes”, recuerda con tristeza. Hoy continúa adelante casi sin recursos, sostenida solo por su vocación y por la esperanza de que su esfuerzo sea reconocido.

En su relato hay gratitud, pero también reclamo. “He intentado hablar con el intendente, pero la mayor parte de las veces fue sin éxito. Me gustaría que apoyen el proyecto con entusiasmo, pero desafortunadamente no es así”, confiesa. Aun así, valora los gestos de quienes sí la acompañan: “Hay excepciones desde la municipalidad; por ejemplo, Darío Lenz me facilitó información sobre el cronograma de actividades por el aniversario del municipio. También quiero agradecer a la coordinadora de la carrera universitaria, que sí me dio apoyo y difusión publicitaria”.

En su recorrido, Aldhana también recuerda con cariño a quienes la alentaron en el inicio: “El oficial Rosendo Da Rosa trabajó acá en la comisaría. Gracias a él pude desarrollar trabajos vinculados al periodismo policial, que es una de las ramas que más me gusta”.

Desde su pequeña redacción en casa, Aldhana lamenta que la información institucional siga siendo inaccesible. “Todo lo que sea de Pozo Azul —educación, acción social, salud— desafortunadamente no estoy teniendo información. Y no es por falta de pedir ayuda; ya saben que tengo cuadriplejia y aun así insisto. Hasta escribo acostada, pero lo hago porque amo este oficio”.

También destaca la colaboración de las áreas de prensa del Gobierno provincial y de la Vice gobernación, “sin las cuales sería imposible sostener el proyecto”, asegura. Esas oficinas le envían materiales, gacetillas e informaciones que la ayudan a mantener actualizado su portal.

“Un día como hoy, en jornada electoral, podría estar haciendo una cobertura si fuese bien aceptada por la población. Si no se dan cuenta, es hora de que despierten. Esto es un llamado a la acción para que Pozo Azul también se vea en el mapa y no se oculte todo, como si no fuéramos un municipio que tiene que seguir creciendo”.

Su mensaje final, cargado de fuerza, resume su espíritu:
“Espero desenvolverme como periodista. Espero seguir. Voy a seguir”.

La historia de Aldhana no es solo la de una periodista que lucha por hacerse oír. Es el reflejo de miles de personas con discapacidad que, día a día, enfrentan la indiferencia de un sistema que aún no garantiza igualdad real.

Detrás de su voz hay una denuncia silenciosa: la falta de accesibilidad, de empatía y de oportunidades laborales en los medios locales. Pero también hay esperanza, porque su ejemplo demuestra que la inclusión no se mendiga: se exige con trabajo, con perseverancia y con el coraje de seguir, incluso cuando el camino parece cuesta arriba.

Aldhana Geissin no pide lástima, pide inclusión.
Y su historia, nacida en el corazón de Pozo Azul, merece ser escuchada.

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