Esta Institución de Formación Profesional tiene como uno de sus objetivos, realiza trabajos colaborativos con distintas entidades de la localidad de San Pedro y en esta ocasión, el hospital fue beneficiado con sillas que fueron donados el pasado jueves.
En una exclusiva con Rodrigo Rodríguez Director del Centro de Formación Profesional (CFP) N° 26, se dio a conocer esta significativa acción solidaria donde se destaca un gesto de generosidad y compromiso con la comunidad. En esta oportunidad se entregó una donación de 20 sillas al hospital local en una iniciativa que surge a través de la articulación entre la institución educativa y el nosocomio de San Pedro, con el objetivo de contribuir al bienestar y la comodidad de quienes hacen uso de las instalaciones hospitalarias.
El impulso para esta loable acción surgió de un alumno que desempeña sus labores en el hospital y, en conjunto con el centro de formación, se pusieron manos a la obra para ensamblar las sillas. El esfuerzo y dedicación de los alumnos se vio reflejado día a día en la entrega y puesta en funcionamiento de las sillas en el hospital, proporcionando un recurso valioso que beneficiará a todos los que transitan por sus pasillos.
La directora del hospital de San Pedro Doctora Araujo Dina expresó su profundo agradecimiento al Centro de Formación por satisfacer una necesidad tan importante. En especial, se destacó el excelente trabajo del enfermero Pablo Cantero, estudiante del oficio de Carpintería de Banco, quien llevó la inquietud al taller y gestionó la creación de las sillas.
Se hizo un llamado a la comunidad para que cuide y valore estas donaciones, considerando la importancia de contar con mobiliario adecuado en un entorno de servicio público vital para la ciudadanía.
Pedro Castillo, Instructor de Carpintería, compartió cómo surgió la idea de confeccionar las sillas como respuesta a la carencia de asientos para los acompañantes de los internados. Esta iniciativa fue una muestra de la colaboración entre el centro educativo y el hospital, brindando tanto apoyo a la institución de salud como experiencia formativa a los alumnos involucrados en el proyecto.
El proceso de construcción de las sillas, que demandó dos meses, no solo cumplió el propósito inicial, sino que también brindó valiosas lecciones y aprendizajes a todos los implicados en esta noble labor comunitaria.