Transcurrida una década del hecho -lapso en que el acusado permaneció más de siete años prófugo-, ayer el Tribunal Penal Uno de Oberá condenó a prisión perpetua a Miguel Ángel Bogado (52) por el homicidio de Roberto Carlos Dos Santos (17), quien el 1 de marzo del 2009 fue ultimado a tiros por una discusión en un partido de fútbol que se disputó en paraje Puerto Argentino, municipio de San Pedro.Bogado fue sentenciado por el delito de homicidio doblemente calificado por el uso de arma de fuego y alevosía, puesto que durante el debate oral se determinó que la víctima se hallaba desarmada e indefensa. Por su parte, Cecilia Victoriana Bogado (28), hija del autor de los disparos que acabaron con la vida de Dos Santos, fue condenada a once años de cárcel como participe necesaria en el delito de homicidio, aunque cumplirá prisión domiciliaria porque tiene cinco hijos menores de edad y no posee antecedentes. De esta forma, la mujer recibió una condena atenuada y regresó a su domicilio en San Pedro. En tanto, el control de su pena estará a cargo del Patronato de Liberados. Muy diferente fue la suerte de su padre, quien al recibir la pena máxima deberá pasar por lo menos 35 años tras las rejas. El Tribunal Penal avaló en su totalidad lo solicitado por la fiscal Estela Salguero, quien en su alegado subrayó los elementos que prueban que Miguel Ángel Bogado asesinó a Dos Santos con un arma que le entregó su hija. “De ninguno de los testimonios se desprende que el imputado se defendió. Bogado actuó sobre seguro y no corrió ningún riesgo, ya que la víctima estaba totalmente indefensa”, señaló la fiscal.
La alevosía Salguero indicó que el acusado fue armado a un partido de fútbol, lo que indica una intención previa. Asimismo, marcó que la alevosía quedó plasmada en que Dos Santos estaba desarmado y rogó por su vida, según declararon varios testigos, pero eso no impidió que Bogado lo remate de dos disparos a la altura de la cabeza. La fiscal también subrayó que “quien actúa en legítima defensa no se escapa ni se cambia de nombre”, como lo hizo el homicida.Al respecto, recordó que estuvo prófugo durante siete años, tres meses y trece días, hasta que la madre de la víctima se enteró de dónde estaba escondido y aportó el dato a la Policía. Bogado recién fue detenido el 14 de junio del 2016, en una chacra de San Pedro.
Para pedir la pena de prisión perpetua, la fiscalía ponderó los testimonios de varios testigos, incluidos algunos allegados a los acusados. Por ejemplo, Maximiliano Bogado -hijo y hermano de los imputados- aseguró que ninguna persona de su grupo resultó lesionada en la fatídica tarde del 1 de marzo del 2009, anulando el argumento de su padre, quien oportunamente dijo que recibió un machetazo y tuvo que defender su vida. También fue contundente la declaración de Claudia Da Silva, criada por la familia Bogado, quien ratificó que fue Cecilia quien les pasó las armas a su papá y a su concubino, Jorge Pintos.Pero lo más fuerte de su relato fue cuando describió la secuencia del homicidio: “Primero le martilló a Ricardo (Dos Santos), pero la bala no salió. Ahí Bogado le disparó a Roberto, que ya había tirado el machete y estaba desarmado”.
Testigos Durante las jornadas de debate, se determinó que el problema se originó cuando Jorge Pintos -entonces concubino de la hija de Bogado- le hizo una falta a Ricardo Dos Santos, primo de la víctima. Discutieron, pasaron a las manos y Bogado le pidió a su hija que le pase dos armas que tenía en un bolso afuera de la cancha. Bogado tomó una y su yerno Pintos otra. Primero el imputado persiguió y gatilló contra Ricardo y Marcos Dos Santos, aunque el arma no disparó. Después fue contra el chico de 17 años, ante lo cual su primo Paulo Dos Santos trató de socorrerlo y recibió un disparo en el muslo de la pierna derecha. Luego Bogado encañonó y disparó dos veces a la cabeza de Roberto Carlos Dos Santos, a pesar de que estaba desarmado y rogó por su vida. Ayer la fiscal recordó el relato de Paulo Dos Santos, quien ratificó que el homicida le pidió el arma a su hija. Y afirmó que “si el arma hubiera funcionado bien, esa tarde él mataba a cuatro personas porque primero martillaba y la bala no salía”. También Marcos Dos Santos mencionó la responsabilidad de Cecilia, al tiempo que lamentó: “Mi hermano se arrodilló y pidió por favor que no le mate, pero tiró igual”. En el mismo sentido declaró Rogelio Silva, quien aseguró que ni la víctima ni sus familiares portaban armas. Maximiliano Figueredo declaró que la hija de Bogado entregó las pistolas. Asimismo, corroboró que en la instrucción testificó que la víctima le rogó a Bogado para que no lo mate, pero igual le disparó a un metro y medio de distancia. “Después caminó hasta la mitad de la cancha y preguntó si alguien más quería morir”, precisó.
Abogado con machete. A su turno, el abogado Roberto Bondar, defensor particular de Miguel Ángel Bogado, insistió con su cliente actuó en defensa propia y solicitó la absolución por un tecnicismo, lo que no prosperó. Su alegato fue breve y se basó en atacar a la víctima y a sus familiares. En varias ocasiones los tildó de “delincuentes” que andaban armados, lo que no fue corroborado por ningún testigo, al tiempo que los identificó como “la banda del muerto”. En su réplica, la fiscal Salguero lamentó el tono agresivo y despectivo utilizado por Bondar hacia la figura de un jovencito de 17 años que murió indefenso mientras disputaba un partido de fútbol.
Como contrapartida, recordó los elementos que tenía Bogado al ser detenido en 2016, como ser varias motocicletas robadas, armas y municiones, entre otros elementos que guardarían relación con diversos ilícitos. Pero el momento más incómodo de la exposición de Bondar fue cuando se paró ante el Tribunal y, sin pedir autorización, de manera intempestiva extrajo un machete de una mochila y comenzó a recorrer la sala con dicho elemento en alto. Los jueces, la fiscal y el personal del Servicio Penitenciario se mostraron sorprendidos y hasta incrédulos ante el bizarro accionar del letrado. Es que si bien Bondar es conocido por sus extraños planteos y el sistemático ataque al Tribunal y la fiscal, el modo en el que se paseó con un machete por la sala de audiencias generó cierto temor entre los presentes. Por ello, posteriormente le llamaron la atención. Según la lógica del letrado, lo que trató de evidenciar fue el presunto riesgo que afrontó su cliente ante un ataque con machete que ni siquiera fue probado en el expediente.
Se investigará un posible falso testimonio
En su alegato, Rolando Godoy, defensor oficial de Cecilia Bogado, planteó la duda razonable sobre la participación de su clienta y solicitó el cambio de carátula por participación secundaria, lo que no prosperó. Antes, la imputada hizo uso de la palabra y mencionó que las armas estaban en el bolso, pero que ella no se las pasó a nadie. En tanto, si bien su padre ya había declarado, ayer se dirigió brevemente al Tribunal e insistió en que se defendió de una agresión. Por otra parte, además de las condenas y a pedido de la fiscalía, el fallo de la víspera señala que se deberán extraer fotocopias de la declaración del testigo Paulo Henker para ser elevadas a la fiscalía de instrucción en turno para que se investigue la posible comisión del delito de falso testimonio.Ocurre que Henker fue el único testigo que declaró que la tarde el hecho observó un “clima caliente” previo al partido, aunque se retiró de la cancha antes de los sucesos. Calificó a la víctima y a sus parientes como “gurisada nueva que no respetaba a la gente mayor”, y que habrían dicho que “estaban preparados para cualquier cosa”.
Fuente: Daniel Villamea (Corresponsal el Territorio- Oberá)