La sentencia judicial del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N°2 de Oberá (Expte. N°595/2010) llegó después de ocho años de litigio, y en su fallo sostiene que la solicitud planteada por la empresa de explotación forestal para un desalojo de las tierras por parte de las familias afectadas “no se ajusta a derecho”. Se trata del conflicto del Lote 9, Puerto Paraíso, en El Soberbio, los colonos habitantes del lugar probaron en el proceso judicial que son “legítimos” titulares dominiales de las tierras en cuestión, donde viven desde hace más de 20 años.
Y no tienen interés en negociar un traslado a otra zona como sostienen los abogados patrocinantes aún se los “presiona” desde la compañía de explotación forestal de la familia Laharrague, administradora de Moconá SA, una de las terratenientes más antigua de Misiones, fundada en 1.907. “La sentencia de primera instancia tiene fecha de 1 de octubre de 2018 y favorece a mis representados”, confirmo el abogado Orlando Nass. “La empresa tiene el recurso jurídico de apelar el fallo, no me sorprendería ya que posiblemente intenten seguir dilatando la situación porque se continúan viviendo situaciones de amedrentamiento y presiones en la zona por parte de administradores y personal que responden a la empresa Moconá SA para lograr su objetivo de cansar a la gente hasta atemorizarlas, de manera que desistan de vivir en el lugar. Pero no lo van a lograr, y menos aún con este fallo que favorece ampliamente a la familias de la Colonia Puerto Paraíso, es un muy buen precedente, inédito diría en este tipo de conflictos en la provincia”, expresó en la entrevista con ArgentinaForestal.com el abogado ante la novedad judicial.
El fallo judicial que rechazó la demanda planteada por la empresa mencionada corresponde a uno de los juicios -de dos causas que se tramitan- que llevaban adelante en contra de un grupo de familias de colonos que habitan en el Lote 9. En el proceso, resultaron finalmente con sentencia favorable Oscar Rodríguez da Silva y Leandro Andrés Vogt, quienes patrocinados por los abogados Orlando Nass y Ramón Oscar Camargo, lograron demostrar con testimoniales y pruebas documentales que son “legítimos” titulares dominiales del inmueble donde residen desde hace más de dos décadas.
“También este juicio debiera beneficiar a Reinaldo Ari Assman y su familia, pero según consta en el expediente y con declaraciones de los mismos testigos, decidió dejar sus tierras obligado por presiones, hostigamientos, amenazas de diferentes formas y una convivencia insostenible para él y por miedo por la seguridad de sus hijos frente a situaciones generadas por empleados e, incluso de personal de la misma policía local, que responden a la empresa Moconá SA”, relató el abogado.
“Las familias que fueron notificadas del fallo son la de Leandro Vogt y Rodríguez da Silva -conocido como “Mariño”-, a quienes ya les informamos de la buena noticia. Ellos habitan en parte del Lote 9, no es las casi 8 mil hectáreas que tiene la propiedad. Por otra parte, tenemos en proceso un segundo juicio que afecta a otra grupo de familias de colonos que viven en Lote 8, en Colonia Pepirí -de Juan Alberto SA en este caso, socio de Moconá SA con la familia Laharrague-. Se trata de las hijas y los nietos de “Mbiguá” Gumersindo Avelino de Olivera –fallecido hace casi dos años- que siguen firmes esperando la resolución de la justicia, en este caso sería un juicio por reivindicación, no de desalojo”, precisó Nass.
Don Gumersindo fue un personaje histórico en la zona y muy querido por los pobladores, se crió y vivió toda su vida en el Lote 8. Con casi 80 años debió enfrentar una fuerte lucha por conservar su “lugar” para él y sus descendientes, defendiendo su humilde vivienda. “El turismo y el asfalto nos arruinaron”, decía el anciano en las entrevistas ante el drástico cambio que se dio en la zona con los administradores de la empresa forestal ante una gestión diferente en sus proyectos que derivó en una alteración en la vida de paz de la colonia por una vida de violencia y tensión cotidiana, según relataba Mbiguá. “Nos persiguen y amenazan para sacarnos. Vimos con dolor, como colonos de toda la vida tuvieron que irse de acá para asentarse en otras tierras, lejos de la posibilidad que supuestamente nos iba a dar el turismo. Se fueron por miedo, porque a tiros y a golpes nos amenazan acá”, aseveraba el anciano que hasta sus últimos días luchó por su derecho de ser legítimo habitante del lugar.
“Don Gumersindo Avelino de Olivera sufrió en los últimos años muchos disgustos e innumerables injusticia. Hoy sus hijas Judhit y Teresa, y sus nietos y nietas también esperan justicia, y con este antecedente de garantías de sus derechos creo estamos muy bien encaminados para este segundo juicio. En Colonia Pepirí hay una escuela satélite que -incluso- fue construida por la misma empresa forestal, hay iglesias, es muy fácil observar que la gente tiene derechos adquiridos por la identidad cultural forjada por los colonos asentados en el lugar en las últimas décadas”, remarcó el abogado.
Fuente: Misiones Online